Macondo más que un pueblo, es el país descrito a través de mil voces e imágenes, es una metáfora de nuestra diariedad. Es quizás la mayor abstracción que se ha hecho de Colombia. Tal vez por eso, está vigente en cualquiera de los más de mil municipios de nuestra geografía y también en Bogotá. A través de testimonios de gente del común y expertos, no tan expertos de propios y foráneos, corporizaremos este símbolo tan intangible, que se ha convertido en el reflejo de nuestras maneras de ser, de crear, de sentir y de pensar. Macondo existe, es una materialización de nuestro caos, de nuestro conflicto, de nuestras amarguras y alegrías. Es un pueblo en donde la realidad supera la ficción. Macondo existe y se parece mucho a lo que se describe como el país del Divino Niño.